1 Corintios 4:7
¿Qué tienes que no hayas recibido?…
Esta es una reflexión que los corintios debían hacer, antes de pronunciarse sobre quién está mas o menos dotado en aquello que hace. Si hay algo que debemos tener presente siempre, es que los talentos y dones, no son resultado de nuestra propia inteligencia.
Lo que nos distingue de los demás, si es que algo nos distingue, no es desde luego resultado de ninguna virtud propia, sino de la acción soberana de la gracia de Dios en nosotros. Es Dios el que deposita en nosotros todo lo que tenemos, mucho o poco.
No nos gloriemos de nada, porque nada tenemos. Si Dios quitara de nosotros todo lo que ha depositado, ¿qué tendríamos? «A aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria… por los siglos de los siglos»; Efesios 3:20,21